Karlin Fergusson C.
Es indiscutible la importancia de la Educación Superior, a través de ella las personas se capacitan para desempeñar un rol en la sociedad. Es así como las universidades son cada vez más reconocidas como un instrumento de desarrollo al incrementar la competitividad y la calidad de vida de las personas.
Dentro de ese subsistema perteneciente al sistema educación, el docente juega un papel fundamental en la formación de sus estudiantes, incluso en la actualidad donde las nuevas tendencias educativas apuntan hacia el alumno como centro de su aprendizaje, para Segura (2005) “Una de las funciones con mayor exigencia, por su alto compromiso con las nuevas generaciones y con los destinos de un país, es la del educador.” (p.174) En este sentido, es importante que ejerza un liderazgo efectivo en el aula de clase que le permita guiar el proceso y alcanzar los objetivos de aprendizaje planteados.
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El docente líder debe convencer a sus estudiantes de realizar la experiencia por ellos mismos, ser un motivador que logre desafiar, animar e incitar a investigar y explorar, siempre considerando las individualidades de cada una de las personas que tiene a su cargo y con plena conciencia de que él es un sujeto que se encuentra en constante transformación producto de la relación de liderazgo que ejerce.
Tal escenario o condición ideal, en ocasiones dista mucho de la realidad, afectando el rendimiento académico de los estudiantes. En este orden de ideas, la investigación que pretende realizarse plantea la creación de un modelo de liderazgo situacional, cuyas características predominantes sean las competencias personales que debe tener el docente universitario en diversos contextos, incrementando así el desempeño estudiantil.
Objetivo General:
Elaborar un modelo de liderazgo situacional fundamentado en las competencias personales del docente universitario como estrategia para incrementar el rendimiento académico.
Fundamentos Epistemológicos:
Todo tema de investigación puede ser abordado desde diferentes perspectivas dependiendo del enfoque que el autor quiera darle. En este orden de ideas, Marqués (1996) considera que “…en las Ciencias Humanas se presentan problemas que cuestionan seriamente la utilización de los métodos propios de las Ciencias Naturales…” algunos de los cuales son: la relación sujeto/objeto de conocimiento, el problema de la medida, el problema del método, el lenguaje empleado y la presencia de dificultades para diferenciar lo esencial y lo accesorio cuando hay implicaciones culturales. Por esta razón se descarta la adopción del positivismo como corriente epistemológica que fundamente la presente investigación, asumiéndose una visión cualitativa que permitirá interpretar el fenómeno aún cuando la autora forme parte de él.
Es así como la investigación se fundamentará epistemológicamente en varias corrientes de corte cualitativo, que se complementarán ofreciendo una visión más amplia del fenómeno a estudiar. En este sentido, Murcia y Jaramillo (s/f) consideran que “en un proceso de investigación social, lo que se busca es comprender el fenómeno, lo más cerca posible a la realidad que viven los sujetos inmersos en este, y esa comprensión no se logra en su totalidad si se percibe desde pequeñas miradas del investigador” por ello debe acudirse al principio de la complementariedad como una posibilidad de articulación entre las opciones que ofrece cada enfoque, permitiendo así analizar el fenómeno del liderazgo docente desde diferentes perspectivas y logrando una visión más amplia de él.
De acuerdo con estos autores, existe una base sólida para asumir la complementariedad como principio, estas son: 1) la teoría de la complejidad de las ciencias, propuesta por Morin y 2) el principio sistémico ecológico expuesto por Martínez.
La Teoría de la Complejidad:
Supone que la ciencia detiene su curso cuando se simplifica, se reduce o fracciona cada una de sus partes, desconociendo la relación con el todo y con otras ciencias. Para Morin (1999) “Los problemas de organización social sólo pueden comprenderse a partir de este nivel complejo de la relación parte-todo.”
El Principio Sistémico Ecológico:
Que establece que “la mente no sigue solo un camino, línea o dirección sino que sigue un enfoque modular, estructural, dialéctico gestáltico, donde todo afecta e interactúa con todo” Murcia y Jaramillo (s/f).
Esta complementariedad, implica la llamada triangulación que de acuerdo con Morse, citado por Arias (1999) se define “como el uso de al menos dos métodos… para direccionar el mismo problema de investigación. Cuando un método singular de investigación es inadecuado.”
Luego de argumentar el uso de la complementariedad epistemológica se describirán las corrientes cualitativas que sustentarán el trabajo de investigación, estas son: la Fenomenología Interpretativa o Hermenéutica y la Etnografía.
La Fenomenología Interpretativa o Hermenéutica ha tenido un amplio uso en las ciencias sociales, en especial en el área de la investigación educativa, tal como lo establece Cisterna (2005) al afirmar que “su profundización en el campo de la educación por otros autores (Grundy, 1986) se han visto cada vez mas desarrollados en los últimos años, lo que ha significado socializar y masificar los estudios metodológicos cualitativos” (p.61). En este sentido, la adopción de esta corriente permitirá a través de los procesos hermenéuticos comunicar, interpretar y comprender los mensajes y significados que no son evidentes en textos y contextos, tener una visión clara del fenómeno.
La etnografía facilitará la contextualización de la investigación, enfatizando el marco contextual o el medio donde se desarrollan los hechos. Dado que la autora forma parte del objeto de estudio y que en los trabajos etnográficos es necesario que el investigador se adentre en el grupo para aprender su lenguaje y costumbres que le permitan interpretar de forma adecuada los sucesos, el empleo de esta corriente se considera apropiado.
Finalmente, es importante mencionar que los elementos tomados de uno u otros enfoques no deberán ser excluyentes entre sí, así como también que cualquier otro aporte que brinden corrientes diferentes a las que se han desarrollado pero que sean de utilidad a los fines de la investigación se considerarán para fundamentarla.
REFERENCIAS
Arias, M. (1999). Triangulación Metodológica: Sus principios, alcances y Limitaciones. [documento en línea]. Disponible: http://www.robertexto.com/archivo9/triangul.htm (28 enero, 2011).
Cisterna, F. (2005). Categorización y Triangulación como Procesos de Validación del Conocimiento en Investigación Cualitativa. [revista en línea]. Disponible: http://fespinoz.mayo.uson.mx/categorizacion%20y%20trinagulacio%C3%B3n.pdf (29 enero, 2011)
Marqués, P. (1996). Reflexiones sobre ciencia, conocimiento y método científico. [documento en línea]. Disponible: http://peremarques.pangea.org/edusoft.htm (30 enero, 2011)
Morin, E. (1999). La epistemología de la Complejidad. [documento en línea]. Disponible: http://www.ugr.es/~pwlac/G20_02Edgar_Morin.html (30 enero 2011)
Murcia, N. y Jaramillo, L. (s/f). La Complementariedad como Posibilidad en la estructuración de Diseños de Investigación Cualitativa. [documento en línea]. Disponible: http://www2.facso.uchile.cl/publicaciones/moebio/12/murcia.htm (29 enero, 2011)
Segura, M. (2005). Competencias Personales del Docente. [Revista en línea]. Disponible: http://servicio.cid.uc.edu.ve/educacion/revista/a5n26/5-26-11.pdf (28 enero, 2011).
buenos dias esta excelente el tema y el discurso ya que estamos realizando una investigación cualitativa acerca del liderazgo situacional, si pudiera yudarnos y contribuir en el marco teórico se lo agradeceriamos
ResponderEliminarmi correo es harrimarquez@gmail.com y harmar77@gmil.com para poder estar en contacto mil gracias
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