Grupo Nº 4: Ramírez S. María Elva
Gómez, Jesús
Luna ,Luis
La incertidumbre hace alusión a lo indeterminado, accidental, aleatorio y la ausencia de principios únicos sobre los cuales apoyar las acciones, reacciones y pensamientos, se presenta como un desafío para la pedagogía y el docente, con influencia en casi todas las áreas del quehacer cotidiano del ser humano y representa uno de los elementos constitutivos más importantes de la cultura contemporánea, la condición humana se encuentra marcada por dos grandes incertidumbres que son: la incertidumbre cognitiva y la incertidumbre histórica.
Se vive en una crisis profunda de certezas que requiere de nuevos métodos e instrumentos de pensamiento y de acción lo que lleva a la necesidad de plantearse un proceso de cambio epistemológico y pedagógico en virtud de las nuevas demandas de la sociedad del conocimiento, en donde la labor educativa va más allá de la simple transmisión de conocimiento sino que la misma debe permitir el mejoramiento integral de la especie humana y la vinculación del medio con la vida.
Morín establece que en estos momentos lo que se encuentra en juego es una reforma paradigmática que reconozca el carácter sistémico, transdisciplinar y complejo del conocimiento en donde la presencia de la incertidumbre y de la complejidad son condiciones en que debe desenvolverse la actividad científica en la socio-cultura actual que obliga a revisar el quehacer pedagógico para responder a las múltiples demandas del nuevo entorno que supone la llamada sociedad del conocimiento.
Este cambio paradigmático exige nuevas bases ontológicas, epistemológicas, antropológicas, axiológicas y didácticas de la educación que pueda responder a las realidades multidisciplinares, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales y planetaria que lleve a la reforma del pensamiento y al pleno empleo de la inteligencia para enfrentar los desafíos uniendo las ciencias y humanidades, lo que según Morin (1999),
…se trata de una reforma no programática, sino paradigmática, que concierne a nuestra aptitud para organizar el conocimiento (de manera que) la reforma de la enseñanza debe conducir a la reforma del pensamiento y la reforma del pensamiento debe conducir a la reforma de la enseñanza.( p.22)
Esta reforma del pensamiento debe permitir que el ser humano capte que el conocimiento de las partes depende del conocimiento del todo y que el conocimiento del todo depende del conocimiento de las partes en donde se reconozcan los fenómenos multidimensionales y las realidades como solidarias y conflictivas respetándose lo diverso a la vez que se reconoce lo único.
Ese desafío al que debe enfrentar el educador consiste en refundar la pedagogía sobre un paradigma no mecanicista, puesto que el conocimiento según Morín no debe ser disociado de la vida humana ni de la relación social, haciéndose necesario romper con el paradigma disciplinar diseñando propuestas de carácter transdiciplinar que estén a tono con la concepción dialógica y recursiva del conocimiento, donde la forma del conocer no se limite a la actividad racional que tradicionalmente se había asociado al conocimiento científico.
La incertidumbre cuestiona la visión determinista, mecanicista, cuantitativa, formalista y lineal con que fue aplicada la ciencia y edificada la imagen del mundo occidental a partir del siglo XVIII y así como la incertidumbre adquiere el reconocimiento epistemológico y ontológico en la medida en que ha permitido asumir la complejidad como una característica fundamental con la cual se debe tratar en las ciencias contemporáneas por lo que la postmodernidad se deja seducir por la episteme de la indeterminación, la discontinuidad, el pluralismo oponiéndose a toda certeza apareciendo la incertidumbre como la nueva realidad epistemológica mediando entre el orden y el caos resolviendo la discusión entre el ser y el devenir.
En esta nueva etapa de la historia humana el pensamiento reduccionista y lineal ya no tiene cabida alguna para reivindicar respuestas en el quehacer, se hace necesario andar y hay que hacerlo ya. El principio que debe guiar el quehacer educativo es formar para la vida, reconociendo la incertidumbre como uno de los hechos más frecuentes en nuestro transitar por este mundo, quedando claro que no existe un camino único y predeterminado, sino una multiplicidad de vías posibles por lo que se le da la prioridad al atreverse a pensar, innovar, crear, desarrollar, diseñar, nuevas opciones paradigmáticas que sustenten el quehacer pedagógico en todos los niveles del sistema educativo siento este el reto a enfrentar en este siglo complejo e incierto.
El método complejo supone el reconocimiento de las uniones, intersecciones, articulaciones, solidaridades e interdependencias de los factores que son elementos constituyentes del pensamiento por lo que no tiene como misión volver a encontrar la certidumbre perdida sino que debe nutrirse de la incertidumbre donde se combinen los conocimientos teóricos con la acción y que permitan la innovación para la creación de nuevos conocimiento produciéndose lo que se llama epistemologizar el conocimiento que consiste en “repensar lo conocido o pensado”. Este método propugna explicar y a la vez comprender la multidimensionalidad de la realidad y su recursividad, todo ello, con sentido lógico y dialógico.
REFERENCIAS
Campos, R. (2008). Incertidumbre y Complejidad: Reflexiones Acerca de los Retos y Dilemas de la Pedagogía Contemporánea. Actualidades Investigativas en Educación. Revista Electrónica publicada por el Instituto de Investigación en Educación Universidad de Costa Rica (ISSN 1409-4703). Costa Rica.
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