Nelson Brizuela
Fundamentos Epistémicos
El enfoque epistemológico que da orientación a esta investigación no puede ser precisado a partir de una óptica unidireccional, puesto que los patrones de desempeño, las formas y canales para producir el conocimiento, si bien es cierto que enfatizan en el uso de técnicas propias del enfoque simbólico interpretativo a través del estudio de caso, también hacen uso de instrumentos de medición propios del enfoque empírico – inductivo; así como también de sistemas de razonamiento en función de conjeturas o suposiciones teóricas correspondientes al enfoque racionalista-deductivo.
En el marco del interés de la investigación y con respecto a su método de abordaje, se acogerá a la visión del paradigma emergente o de la complejidad, el cual se centra en la noción de estructura en oposición al paradigma tradicional de la ciencia basada en la interpretación causal de la conducta humana, en términos de fragmentación del hombre en variables. Básicamente, este modelo paradigmático se orientará a identificar estructuras y determinar su función, sirviéndose para ello de la descripción de las condiciones de su aparición, desarrollo permanencia. Es decir, que la búsqueda de la estructura y función en la indagación se apoyará en la infraestructura que le dará sentido y fundamentará el método seleccionado.
Presupuesto Epistemológico
En el este sentido el presupuesto epistemológico, se sustenta en la realidad como una totalidad de campos de acción que se interfieren y los elementos del universo más que constituir elementos físicos como tal, son eventos; es decir, organizaciones que se reorganizan constantemente. Por consiguiente, la investigación que se realizará posee características de trabajo humano, por lo tanto surge en la interacción entre seres humanos que aprenden a interpretar el significado de sus acciones; lo cual implica empatía, aprecio y aceptación.
Por esto, no se pueden definir las acciones humanas con definiciones operacionales, que se centran en el acto físico; razón por lo cual, se requieren conceptualizaciones intencionales, motivacionales y funcionales. De allí, que la ciencia debe buscar hacer a los seres humanos más conscientes de sus propias realidades, más críticos de sus posibilidades y alternativas y confiados en su potencial creador e innovador; además, de activos en la transformación de sus propias vidas.
Por consiguiente, todo fenómeno debe ser estudiado en función de un contexto y de determinantes ocultos, es decir, de los factores materiales e ideológicos que determinan su existencia. Conocer es comprender los fenómenos en sus diversas manifestaciones y en los contextos en los cuales se expresan; y para conseguir esto, el sujeto debe intervenir en la interpretación y procurar la articulación de los sentidos, de las estructuras básicas, de las esencias en sus distintas formas que toma el fenómeno; gestos, palabras, señales, textos, fragmentos, entre otros.
Entonces, el camino al conocimiento implica trazar un recorrido en las partes de un todo y de éste al contexto, camino contrario al realizado por la analítica, que va del todo delimitado y separado del contexto, hacia las partes. En este sentido, el modelo de gestión basado en el capital intelectual para la Coordinación de Ambientes de la UNELLEZ Barinas en el Municipio Pedraza, asumido para efectos de este trabajo como un elemento generador de conductas emprendedoras por parte de la gerencia universitaria, rebasa los límites de la propia Universidad y se expande hacia el sector productivo en general, incluyendo al Estado como ente favorecedor de una actitud productiva de la población.
Teorías Educativas y Presupuesto Ontológico
En consecuencia, la investigación desde la perspectiva del Pensamiento Complejo, se constituye en un método de construcción del saber humano desde un punto de vista hermenéutico, en consecuencia, no está hecho ni terminado. Así, la gestión del conocimiento posee una naturaleza compleja producto de los procesos de cambio de la información, los cuales son multidimensionales porque va más allá de su comprensión y significación que permite contextualizar la realidad.
Con respecto a la investigación educativa, se reafirma el carácter ético, porque no puede contradecir los principios y valores que presiden la racionalidad educacional; además, que se justifica en la medida que facilita y promueve un proceso de trabajo e intercambios de conocimientos. El resultado de este proceso, es evidentemente, complejo, impredecible, divergente y sólo detectable en su profundidad en el largo plazo.
Bajo esta perspectiva, se sustenta el supuesto de que el conocimiento que el hombre tiene sobre la realidad, es siempre incompleto y por ende, el tratamiento de los temas y problemas, se realiza en función de las relaciones que establezca con su contexto, lo cual apertura un nuevo horizonte para la realización del proceso de producción de conocimiento, confiriendo al hombre social, capaz de racionalizar procesos lógicos, la libertad de elegir.
Esta visión, no implica un cambio en la visión del contexto, sino que el proceso investigativo es visto como un proceso de producción activa, donde los resultados no deben ser evaluados en términos de las cualidades intrínsecas en que se manifiestan; es decir, percibidos como una manifestación de las potencialidades humanas, que pueden ser descritas, juzgadas pero no estandarizadas ni medidas; es decir, que debe ser concebida como una actividad dirigida a facilitar un proceso dialécticamente indeterminado entre las estructuras públicas del conocimiento y las subjetividades individuales.
En consecuencia, en la gestión del conocimiento se debe estructurar los procesos productivos, considerando su función social, lo que implica, una concepción del conocimiento por medio del acto investigativo, como una acción sistemática y socializada que trasciende los linderos de la academia, abarcando temas y problemas emanados de la sociedad, los cuales son estudiados por actores sociales diversos, por actores sociales diversos, adscritos a grupos académicos también diversos, cuyas lógicas de pensamiento y de trabajo científico, varían considerablemente.
Visto de este modo, los requerimientos planteados se orientan hacia la organización del trabajo, el intercambio de ideas entre los actores para provocar el flujo de información, la contrastación de opiniones, la búsqueda de evidencias, la formulación de supuestos, entre otros; constituyéndose, en un proceso auténtico que facilita el acceso, producción, comunicación, difusión y generación de conocimientos; el cual es considerado como un conjunto de estructuras o sistemas de pensamientos construidos históricamente e incorporados a la cultura.
De allí, que el propósito del pensamiento complejo y la transdisciplinariedad es contrarrestar la marcada especialización que hoy en día existen en las disciplinas, para así lograr la comprensión del hombre a través de la integración de los saberes, métodos, perspectivas, valores y principios. Con respecto a la integración de saberes, Tobón (2006), afirma:”….es esencial retomar la unidisciplinariedad, la pluridisciplinariedad y la interdisciplinariedad en un continuo juego recursivo, para llegar a construir procesos a la vez interdisciplinarios, polidisciplinarios y transdisciplinarios, donde haya intercambio, cooperación y policompetencia”.
Por tanto, deben reconocerse los desafíos que plantea a las instituciones de educación universitaria, para reorientar la formación profesional, en los diferentes contextos y de cara a las demandas del espacio-tiempo: globalización de la educación, la universidad como espacio societal, el reconocimiento de la identidad cultural, homogenización y humanización de la educación, superando la dinámica excluyente y proporcionando apertura mental. Y tal apertura, se fundamenta en la psicología constructivista, por medio del enfoque crítico reflexivo, que considera que los sistemas de pensamientos se aprenden según construcciones particulares que conducen a la diversidad y a la divergencia, dado el carácter singular que tiene la construcción del conocimiento en cada individuo y grupo.
De tal modo, que asumir el concepto de complejidad parte del pensamiento complejo, como “un método de construcción de conocimiento basado en el tejido de relaciones entre las partes y el todo desde la continua organización –orden-desorden-organización; implica abandonar toda pretensión de tener ideas, leyes y fórmulas simples para comprender y explicar la realidad” (Morin, 1994). Significa que, se está enfrentando a la teoría general de sistemas definida como “el estudio científico de los Todos” y las Totalidades; es decir, conjunto de elementos homogéneos, interdependientes e ínter actuantes entre sí y con su entorno,
Apropiarse, entonces, de la dinámica de la complejidad implica abandonar la segmentación de saberes que produjo la modernidad y empezar a tender puentes entre los diferentes saberes. Abandonar la idea de que hay fórmulas inmutables y que el conocimiento es algo estático significa que la construcción de conocimiento es fundamentalmente aprender y comprender el mundo donde se está, interactuar con él, asumir que el conocimiento transforma la realidad y el mismo nos transforma. Es decir, que no sólo hay objetos de estudio y sistemas de observación sino que también es necesario construir sistemas observantes que realimenten permanentemente los saberes y los dispongan. Y que así como se estudian objetos, es necesario estudiar a quienes observan y captar las modificaciones que se van produciendo al interior de los sistemas observantes.
Por su parte, el pensamiento complejo no desconoce los avances logrados por la ciencia, con todos sus defectos y virtudes, sino que aspira básicamente a integrar el pensamiento integrador, por medio de Principios de incompletud e incertidumbre, dialógico, recursividad organizacional, hologramático; y paradojas unitas multiplex, y Caos/Cosmos (articulación Orden/Desorden/Organización). Así como el pensamiento multidimensional: el objeto de estudio no se aísla de su contexto, de sus antecedentes y de su devenir.
Además, de integrar en lo posible los modos simplificadores del pensar rechazando las consecuencias mutilantes, reduccionistas y unidimensionales, donde se erige una concepción del conocimiento como incompleto e inacabado, existiendo verdades antagónicas que se complementan; de manera que se aprenda a controlar y a manejar el miedo a la incertidumbre y exista una preocupación por el futuro planetario y de la especie humana.
En consecuencia, se propugna una formación para la comprensión entendida por Kemmis (1988), como la capacidad de situar la información en el marco de ideas y procedimientos que sean claves para estructurar el pensamiento en el ámbito disciplinar concreto, lo que implica la capacidad de elaborar nuevas cuestiones sobre información, poder construir ideas y originar interpretaciones que enriquezcan y transformen el significado dado.
En la nueva perspectiva, se debe contribuir a beneficiar a la totalidad de los agentes ambientales, sociales, políticos y económicos en cuestión, es decir, debe perseguirse una perspectiva democrática en beneficio de la sociedad en su conjunto. En consonancia con el sentido del pensamiento complejo, el modelo social inspira una concepción como diálogo permanente con la realidad para comprenderla e intervenirla.
Además, según afirma Posner (1998), la institución de educación universitaria es vista como una organización social está llamada a configurarse como agente de cambio social, entonces el currículo también se construye desde la problemática cotidiana , los valores sociales y las posiciones políticas, su propósito es buscar el desarrollo individual para una sociedad en permanente cambio y como lo afirma Flórez (2005), los escenarios sociales propician oportunidades para que los estudiantes trabajen en forma cooperativa y solucionen los problemas en torno a las necesidades identificadas.
En este sentido, se adopta una postura crítica que trascienda la oposición de las teorías prácticas y las teorías técnicas, tanto en lo que respecta a discurso como a organización social y a la acción. En cuanto al discurso, se supera la oposición entre el cientificismo y humanismo, propiciando un discurso dialéctico.
De allí, que la investigación tenderá a contribuir a la solución de los problemas regionales y generen los cambios de desarrollo económico, social y ambiental sostenible en beneficio de su comunidad, frente a los cuatro retos fundamentales de orden mundial: globalización, internacionalización del conocimiento, uso intensivo de las nuevas tecnologías y nuevas formas de organización de la producción. De allí, que el instrumento operativo de la metodología transdisciplinar es: …el diálogo con el que se hace posible comprender la perspectiva y el conocimiento de los otros, los métodos, las técnicas y los instrumentos conceptuales que faciliten o permitan la construcción de un nuevo espacio intelectual y de una plataforma mental y vivencial compartida.
Granell (2001), señala que se debe formar la gente para buscar sus propias respuestas y plantear sus propias interrogantes para diseñar sus propios experimentos y generar conocimientos. Aquí adquiere mayor importancia el conocimiento constituyente por los actores en el proceso de formación y se otorga mayor valor al aprendizaje que a la enseñanza. En otras palabras, la hoy solicitada polivalencia, flexibilidad y capacidad para aprender permanentemente.
De esta manera, se concibe que la investigación en las instituciones de educación universitaria, deben fundamentarse en los siguientes postulados que configuran el perfil humano del investigador y lo redimensiona hacia el quehacer científico:
El humanismo activo como condición ordenadora y formuladora del quehacer científico.
El ejercicio del pensamiento crítico como herramienta para enfrentar los intereses y circunstancias.
Una conciencia histórica que facilite la interpretación de la realidad tanto institucional como comunitaria.
La creatividad para recrear el universo y resolver, de manera práctica situaciones inesperadas que le permitan al investigador enfrentarse al conformismo y facilismo, formas de la decadencia moral e intelectual.
Presupuesto Gnoseológico
Tomando en consideración las apreciaciones procedentes de los párrafos anteriores, se puede decir, que en las investigaciones el sujeto y el objeto no son dos entidades que entran en conflicto con la observación, sino que son dos aspectos de la misma realidad en unidad y en contradicciones dialécticas. En otras palabras, el investigador y el investigado son ambos sujetos y sirven de mediadores, quienes en una relación dialógica se encuentran unidos a una realidad que les es común y los desafía a ser conocida y transformada.
De allí, que el conocimiento se produce en interacción dialéctica entre el conocedor y el objeto conocido; y en este dialogo tienen voz múltiples factores: genéticos o biológicos, psicológicos, culturales, entre otros; los cuales influyen en la conceptualización que se le haga del objeto y desde esta perspectiva, el hombre realiza su labor cognoscitiva tomando conciencia de su mundo experiencial, de sus vivencias; así como de su realidad personal y subjetiva, es decir de sus necesidades, aspiraciones, deseos, sentimientos. De esta manera, se entiende que la investigación será transformadora y generadora de conocimiento, a través de interacciones entre el sujeto y objeto de estudio, así como del medio que le rodea.
Consideraciones Respecto al Método
En razón de lo expuesto, se empleará para el abordaje metodológico los enfoques cuantitativos y cualitativos. En el primero se entiende que la cantidad es parte de la cualidad, además de darse mayor atención a lo profundo de los resultados y no a su generalización; mientras que en el enfoque cuantitativo, lo importante es la universalización de los resultados de la investigación.
Esta circunstancia, conduce a plantear el desarrollo de la indagación en dos fases. En la primera fase se realizará una investigación cualitativa y exploratoria del fenómeno objeto de estudio, basada en la búsqueda, así, con el análisis de esta bibliografía se hará, paralelamente un estudio de casos. Esto ayudará a identificar distintos modelos de medición y gestión del Capital Intelectual que se han ido desarrollando en distintos ámbitos. Como resultado de esta primera fase de investigación, se construirá un modelo conceptual del Capital Intelectual, a partir de una base teórica confiable para la operacionalización de las variables que se utilizaran en la segunda fase de la investigación.
En la segunda fase de la investigación, se contrastaran empíricamente las interrogantes desarrolladas a partir del modelo, se validará el cuadro de indicadores propuesto y se determinará el estado actual en el que se encuentra la Gestión del Conocimiento en la Coordinación de Ambiente del Municipio Pedraza de la UNELLEZ. Es importante destacar, que para el desarrollo del proyecto se seguirá un proceso secuencial y ordenado. El proyecto comienza con la especificación de los objetivos, a partir de los cuales surgirán aquellas cuestiones que era necesario acometer para poder alcanzarlos, se hará necesaria e imprescindible la revisión de la literatura existente sobre la cuestión objeto de estudio. Esto permitirá diseñar el Plan de investigación, el cual implica la selección y especificación de las fuentes de información a utilizar, los métodos de investigación a seguir, el plan de muestreo que se emplearía para la investigación empírica, la ejecución de dicho plan mediante la recogida de información, su análisis y posterior interpretación, presentación y extracción de conclusiones.
Referencias
Flórez O., R. (2005) Pedagogía del Conocimiento. Bogotá: Mc Graw Hill.
Granell, E. (2001). Del discurso a la acción: el gran desafío para el cambio educativo. Revista Recursos Humanos. Año 3, Nº 10. Venezuela: ANRI
Kemmis, S. (1988) Teoría crítica de la enseñanza. La investigación-acción en la formación del profesorado. Barcelona: Martínez Roca.
Morin, E. (1994) "Epistemología de la Complejidad" En: Nuevos Paradigmas, Cultura y Subjetividad. (Dora Fried Schnitman, comp.) Barcelona: Paidós.
Posner, G. (1998) Análisis del Currículo. Bogotá: Mc Graw Hill
Tobón, S. (2005). Formación basada en competencias: pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica. Bogotá: Ecoe.
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