Es indiscutible que se debe construir los valores, entender que los valores no se enseñan, ni se imponen, por lo que no siguen a prédicas, discursos, se construyen complejas interacciones sociales, es por ello que la educación constituye, ese mar de diversidad entre las personas, aumenta conforme avanza su proceso de desarrollo y crece su bagaje de experiencias e intercambios con el entorno sociohistórico-cultural y así como la participación familiar-social en el encuentro educativo.
Es por ello que la educación debe dar un giro, para darles contestación a los colosales desafíos de la sociedad moderna, a través de la educación. Para así poder transformar la humanidad, esto es posible, en la medida que puedan converger, en el lago de las ideas, los diferentes puntos de vista, lo cual se pueda llegar a un consenso dentro de la diversidad que se vive, es uno del desafío que le toca enfrentar la educación venezolana en estos tiempos de modernidad, la tarea es desafiante, pero la educación constituye la única herramienta valida y confiable ante las circunstancias que viven, para enfrentar el mal que se cierne sobre nuestro país, como es la intolerancia, la división, evitar la agresión discriminatoria contra la diversidad, la mengua de la participación, contenidos propuestos para castrar la liberta de expresión, lo cual constituye una amenaza, para nuestro pueblo, es por ello, que la educación fue, es y será entonces, el instrumento de formar a los venezolanos para hacer una persona que trascienda en la sociedad a la que pertenece, se debe permutar la realidad, para conseguir un mundo mejor, ese sentido, la educación en valores, plantea formar personas autónomas, dialogantes, tolerantes, comprometidas en la participación social y en la relación personal.
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