Carmen Garrido
Gerardo Otalvarez
Nelson Brizuela
Polito Rodríguez
Prof. Dr. Oscar Martínez
La educación a nivel mundial, aparece signada por los cambios y transformaciones que ocurren en los diferentes sectores de la sociedad; además, que a través de éstas innovaciones se ha producido una expansión, diversificación y heterogeneidad, que generan nuevos conocimientos no sólo en la parte epistemológica, sino también en la praxis educativa. Este hecho, se corrobora en la medida que el investigador construye representaciones socioeducativas tanto en el plano mental como físico; es decir, que elabora una cosmovisión de la realidad, la cual es multidimensional, multifacética y dinámica, porque considera los diferentes paradigmas y enfoques para su interpretación.
En razón de ello, Martínez parte de la teoría de la interpretación socio - cultural del aprendizaje desarrollada por Vygotsky, que realiza una aproximación de la relación inter psicológica e intra psicológica de la cultura que se refleja en la producción material, simbólica e internalización por parte del hombre, ya que la cultura forma parte de las actividades que éste realiza. No obstante a ello, no se construyen verdades absolutas, sino que éstas dependen de la construcción personal de cada individuo y sus vivencias; además, que es producto de la creación, re-creación del conocimiento y sus significados.
Consideraciones Epistemológicas
En el orden de ideas que han precedido, es conveniente establecer las consideraciones epistemológicas del autor, que según él se sitúa en el investigador, quien lejos de ser el dueño de la verdad, tiene que necesariamente partir de esquemas previos para reelaborar su actuación que incida en su participación activa en el entorno socio-cultural- comunitario, donde se encuentra inmerso. En este contexto, la Teoría del Pensamiento Complejo de Morín, sirve de fundamento para apoyarlo planteado hasta ahora por el autor y donde los principios de pertenencia del conocimiento, la inteligencia general y los procesos esenciales, juegan un papel importante para la construcción de la realidad.
Visto de esta forma, se posibilita la articulación y organización del conocimiento en un contexto global y complejo que permite hacer comparaciones de significados en la práctica. Sin embargo, también se toma en cuenta la perspectiva socio constructivista, en la medida que el individuo construye y reconstruye su realidad, partiendo del lenguaje para la formación de significados que externalicen su experiencia investigativa; es decir, que el investigador se convierte en sujeto y objeto de estudio, tanto en el plano individual como colectivo.
Entonces, la posición de Martínez es subjetivista, porque le da preeminencia a los actos de significados, en la medida que el investigador los aborda, comprende e interpreta e interactúa con otros que también están preocupados por la búsqueda de conocimientos. En consecuencia, la etnografía como metodología le resulta ideal para emprender el estudio, perspicacia y aproximación a la comprensión de significados y tomando a las personas como coprotagonistas de sus relatos y narrativas; así como sus conocimientos y valores en un contexto determinado.
De allí, que también plantea la necesidad de un Aprendizaje Cooperativo, que se sustenta en lo postulado en párrafos anteriores, se hace necesario, entonces, que el investigador asuma, que el proceso de investigación no es un hecho aislado, debe constituirse en un proceso de aprendizaje donde la comunicación juega un papel importante, porque a través de ella se producen contactos con valores motivacionales que expresan vínculos y estímulos para trascender metas, objetivos y representaciones; además de producir un aprendizaje activo y creativo. Y es en esta medida, que el aprendizaje tiene que ser también un acto cooperativo, donde se trabaje en comunidad para maximizar el aprendizaje individual y grupal; donde el investigador tiene que estar convencido que el aprendizaje cooperativo funciona para lograr productividad, competitividad y autoestima social.
Aunado a ello, se plantea que la investigación tenga un efecto integrador, siendo la investigación acción, la metodología más idónea para lograrlo, porque permite hacer un análisis de la situación social para mejorar la calidad de la acción y aprehenderla a través de un proceso de cambio y transformación social por medio de la acción, observación, participación de los actores en la realidad, la reflexión sistemática y el cambio. Por supuesto, que este proceso no se produce de un momento para otros, sino que es paulatino, porque requiere que los actores se impliquen; cambien actitudes, aptitudes y comportamientos, entre otras cualidades.
Por consiguiente, a través de la investigación acción el actor educativo, se convierte en un científico comprometido con los procesos de cambio que la sociedad y el sistema educativo exige, por medio de una construcción de significados que permita la construcción de conocimientos válidos, que no se queden en bibliotecas o centros de formación, sino que trascienda los muros de lo académico y se convierta en referente práctico de la acción a través de su divulgación y que genere motivación en otros individuos para continuar con un aprendizaje que debe ser fundamentalmente en equipo. En consecuencia, debe producirse un cambio de paradigma que ofrezca oportunidades para conocer la realidad, generar nuevos conocimientos a partir de ésta y transformarla intencionalmente; pero sin perder los valores que son esenciales en la praxis educativa y que motiven la praxis del docente e investigadora mediante su práctica; tomando en cuenta el avance de los adelantos tecnológicos para poder acceder a la información y dominar así, las fronteras del conocimiento.
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