viernes, 17 de diciembre de 2010

MANIFIESTO PARA UN ENCUENTRO EDUCATIVO

Carmen Garrido

Gerardo Otalvarez

Nelson Brizuela

Polito Rodríguez

Prof. Dr. Oscar Martínez


Introducción.

Las diferentes transformaciones sociales que vive la humanidad involucra directamente a la comunidad educativa. Los docentes pertenecemos a un ámbito altamente sensible a los cambios sociales, cambios de los que no siempre vemos el horizonte, pero sí somos conscientes que de nuestra respuesta y accionar depende en alto grado la dirección de las transformaciones educativas y el impacto que estas pueden producir en el campo social. No importa la magnitud de la transformación social ni de la sujeción a proyectos políticos personalistas o totalitarios, somos protagonistas en el campo de la educación. Por otra parte, siempre encontramos espacios de polémica y consenso para las problemáticas laborales y académicas.

En el caso nuestro, en Venezuela, asistimos a la promulgación de una ley que salta los fines y parámetros de la ley orgánica de ciencia, tecnología e innovación del país, de nosotros, docentes e investigadores venezolanos.

En este contexto, surge el manifiesto para el encuentro educativo como expresión de la férrea voluntad de los hombres y mujeres con capacidad pensante que se ponen de pie para levantar su voz, como “voz de los que no tienen voz”, y convertirse en un manifiesto para el encuentro de hombres libres, amantes de la verdad, no simples “cultores” que a decir del DRAE es alguien que venera algo. Aplicado este término al mundo de la investigación y de la educación se refiere a alguien que venera una verdad que no tiene discusión, una verdad impuesta.

¿Que Manifiesto?

“Nos declaramos investigadores, exploradores y creadores, poetas y caminantes libertarios, activistas democráticos de la frescura y de la pasión por la paz y la convivencia ciudadana”.

El presente manifiesto es una voz profética en tiempos de amenazas para la ciencia y la investigación en un “país de posibilidades” donde la sociedad del conocimiento está condenada legalmente a la inacción.

Según Carlos Sánchez, integrante de Tebas, este manifiesto persigue el propósito de iniciar la reflexión nunca concluida sobre los elementos comunes que nos unen como pueblo y nos identifican como nación para promover espacios constructivos de encuentro y de liberación de ideas y de valores emergentes en la conciliación de la sociedad venezolana.

Sus aforismos provocan e inspiran a la libertad del encuentro educativo en los principios éticos, estéticos y epistémicos como fundamento de una práctica pedagógica diferente.

Conceptos como: participación, comunicación, solidaridad, diversidad, trabajo, propiedad, naturaleza, salud, creatividad, educación, conforman el entramado epistemológico para una declaración de valores prioritarios en la consolidación de lo que llaman “un país en maceración”.

La educación, un lugar para el encuentro.

Como agentes de transformación, los docentes asumimos el reto de formar, es decir, dar forma, y propiciar que el estudiante conquiste su propia forma a través del acompañamiento y el ejemplo en el trabajo cooperativo para dar respuesta a las exigencias de la sociedad actual.

El manifiesto es sin duda una propuesta estratégica en el reconocimiento de la educación como lugar para el encuentro a través del cual se construya el país. Es la educación el lugar natural para el encuentro y la transformación social, el lugar para el cambio a través de la solidificación de los valores en la conciencia de los nuevos ciudadanos. Los cambios sociales son cambios en los valores y estos no se determinan: son complejos procesos de construcción que ocupan un espacio y un tiempo. Ese espacio es la educación y el tiempo el presente.

La compleja realidad actual del país, marcada por una historia de corrupción y facilismo, de degradación de los valores y dependencia económica de la renta petrolera hace que el quehacer docente se oriente hacia la construcción de los valores mediante una práctica consecuente, al ejemplo.

No cabe duda que el análisis previo a la elaboración de este manifiesto retrata la realidad actual del país. En consecuencia, es urgente la internalización y aplicación de esta propuesta para hacer frente a las equivocadas políticas administrativas y de gobierno que por décadas han enrumbado al país por caminos de atraso. Es urgente aprovechar los procesos de aprendizaje en la formación del nuevo ciudadano para lograr en primer lugar la recuperación de Venezuela y su reconstrucción como espacio de dignidad y desarrollo.

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